SABER PERDER

Nuestra plena realización pasa por caminos que no siempre coinciden con la hoja de ruta que habíamos programado. Durante la travesía tenemos que luchar cuando llega el dolor, la injusticia, la enfermedad… Nos puede parecer que son impedimentos para conseguir la felicidad o el objetivo al que apuntábamos. Encontramos bifurcaciones y hay que parar, reflexionar y decidir. Muchas veces, saber perder. Y sobre todo, saber amar. Porque quizás para ganar un bien mayor tenemos que renunciar a una idea, ese apego, esa tranquilidad…Puede hacer falta cambiar el rumbo, dar un golpe de timón.
Luego comprobamos que todo ha sido para bien y que en la vida hay un designio que el amor va tejiendo.
Este invierno vi una película danesa que es buen ejemplo de esto: “Después de la boda”. En ella se da una des-composición para dar lugar a una re-composición. Uno de los protagonistas toma decisiones con un alto coste, pero lo asume y consigue la solución a su angustia, salvar a las personas queridas. Se dan situaciones que lanzan preguntas al espectador, se enlazan ideales y debilidades.





La película nos habla de la capacidad de las personas para tomar decisiones difíciles. Es profunda, humanista y en algunos momentos muy emotiva. Es capaz de hacer pensar sobre la responsabilidad por uno mismo y por los demás.
Es una de las películas más interesantes que he visto, su directora es Susanne Bier. Está filmada según las normas “Dogma 95”, que evita escenografía como cuando se graba cámara en mano, sin efectos especiales. Pero no es exagerada en esa línea. La recomiendo.