LIBERTAD QUE RESPETA


“... yo quisiera invitar a España y a Europa a edificar su presen-
te y a proyectar su futuro desde la verdad auténtica
del hombre, desde la
libertad que respeta esa verdad y
nunca la hiere, y desde la justicia para todos, comenzando
por los más pobres y desvalidos.
Una España y una Europa no sólo preocupadas de las necesidades
materiales de los hombres, sino también de las morales
y sociales, de las espirituales y religiosas, porque
todas ellas son exigencias genuinas del único hombre
y sólo así se trabaja eficaz, íntegra y fecundamente por
su bien.” Benedicto XVI

“LA LIBERTAD QUE RESPETA” nombraba el Papa en su visita a España.
Necesitamos libertad de esta. Porque hoy en día todo el mundo considera la libertad y la democracia pero algunos solo adoptan un talante aparentemente democrático y no respetan verdaderamente la libertad de los otros y el pluralismo real.

En la base de la civilización en Occidente está la Fe Católica que hizo posible instituciones que respetaran los derechos humanos, la vida y la dignidad de las personas.

Pero ahora esto no interesa a los que quieren imponer otro tipo de criterios y desde el poder que ejercen hacen lo posible por anular a los católicos.
Es habitual que los medios de comunicación que controlan solo den noticia de caso de ‘corrupción' eclesiástica sin dar noticia de los miles de religiosos que trabajan por los desamparados y enfermos en todo el mundo. Se inculca que la Iglesia es sinónimo de ignorancia, represión y estancamiento. Aunque el verdadero progreso y la verdadera democracia ha sido realizadas por la humanidad en sociedades de base cristiana.

Uno de los mayores errores que cometen es considerar el cristianismo una filosofía creada por la mente humana o solo una forma de espiritualidad o una ideología que busca interpretar la realidad.

Se puede aplastar una obra humana pero la Iglesia permanecerá mientras Dios quiera.

Todo esto me hace recordar el libro de André Frossard “No estamos solos". Y lo busco en su lugar de mi estantería para releer estos párrafos que copio:

“La Iglesia es una institución divina porque es Dios quien la confía a las almas.
...Sobre la Iglesia nunca he tenido la menor tentación de proferir juicio. Su santidad invisible me impresiona, sus debilidades e imperfecciones en la tierra me tranquilizan y me la hacen más próxima. Porque la realidad es que yo tampoco soy un ser perfecto.”

André era un prestigioso columnista francés que se consideraba ateo perfecto, no se planteaba siquiera la existencia de Dios, hacía mucho tiempo que La Razón había cerrado ese debate.

“Pero ¿Cómo se puede aprender algo útil y verdadero sobre la Iglesia? Mis libros solo se referían a ella en términos difamatorios, se agarraban a sus pequeñeces y acentuaban sus faltas; olvidaban sus buenas obras e ignoraban sus grandezas.”
Se ve que actualmente los medios se han impregnado de ese estilo con el que los libros de Frossard, sus Voltair y sus Rousseau, descríbían la Iglesia.

Hay en su libro unos párrafos que me gustan sobre la libertad y también los traigo ya que comencé haciendo referencia a esa "libertad que respeta":

“Hay en la libertad dos sentidos; puede ir hacia la afirmación o, por el contrario, hacia la negación de ese “yo” a quien con razón Pascal denominó odioso. Ese yo que siempre carece de algo para ser él mismo, como ocurre a esos imperios que nunca terminan de extender sus límites y siempre fracasan en el intento. Ese yo para quien el ser libre es el que hace “lo que le apetece” cuando el ser libre puede hacer también lo que no quiere. Esa primera libertad es la de los demagogos y las ideologías. Promete pleno desarrollo y produce indiferencia.; conduce a la condensación y al endurecimiento de los egoísmos, lanzándolos unos contra otros, antes de lanzarlos al primer llegado despotismo.

La libertad, en un sentido contrario, alivia al ser del su peso de su propia naturaleza, lo desliga de sí por el amor a otros, lo hace imagen de Dios que siempre está dispuesto a negarse a sí mismo para hacerse accesible en las débiles especies de pan y de vino.

Esta libertad no se fortalece por lo que toma de los débiles, sino por lo que les da.
La falsa libertad que pretende hacer del ser humano un dios pequeño girando en torno a sí, no es más que una falacia; termina en las más desesperanzadas formas de esclavitud política y moral.”