ADAPTARSE AL UTILITARISMO

Estaba escuchando un programa sobre el desarrollo de videojuegos y esta frase concreta “se ha ido adaptando a lo que la gente quería” me ha enganchado para quedarme pensando en lo que tiene de cierto y alarmante. Si hablamos de cosas, como un sillón, seguro que se consigue uno confortable teniendo en cuenta las preferencias del usuario. Pero está visto que hay tendencias que sería preferible evitar. En tv, por ejemplo, se ha subido la audiencia muchas veces en detrimento de la calidad y buen hacer profesional. Seguro que se venden más videojuegos si ganan en violencia y la sangre es más real.
Y de ese nivel de cosas pasamos a problemas más serios. Hemos pegado un buen salto en el campo científico y técnico que va por delante de lo que podemos asimilar. Continuamente nos tenemos que poner al día de los descubrimientos y nuevas posibilidades. Esto da pie a que se nos vendan ideas sobre las que no podemos opinar por desconocimiento. Y el peligro está en ese “adaptarse a lo que la gente quiere” haciendo que el fin justifique los medios. Actualmente todo se basa en una mentalidad utilitarista que da por bueno todo si consigue el fin de satisfacer las demandas.
Y se llega a hacer relativo el valor de la vida, la dignidad de la persona, la libertad-responsabilidad…
Hace ya unas décadas que surgió la bioética para trata de analizar las implicaciones que tienen los descubrimientos biológicos, a cuyas aplicaciones trata de dar un sentido moral, mediante la distinción de lo que es bueno o malo.

Según la bioética no todo lo factible es por eso mismo lícito.

Hay muchos científicos y médicos concienciados con los principios de la bioética pero también hay científicos sin escrúpulos que quieren patentes y no les importa manipular la opinión pública para hacer pasar posibilidades técnicas como buenas y deseables ocultando sus intenciones y aprovechando la tendencia que hay actualmente a ignorar los valores éticos si nos lleva a conseguir lo que queremos. Y algunas veces falseando o ignorando la realidad que la misma experiencia científica ha puesto en evidencia.
Para evitar esto tenemos que estar más informados y tomar conciencia de la necesidad de guiarnos por los valores que miran al bien de la persona diferenciando lo que es realmente bueno de lo que es aparentemente beneficioso.
No podemos adaptarnos a cualquier método para conseguir nuestro fin.


TRES REYES, ¡TRES!


Esta Navidad ha sido muy intensa. He tenido la suerte de poder dedicar todos estos días a la familia y los amigos, los que están aquí y los que viven lejos y vienen estos días. Hemos hecho todo lo que se suele hacer juntos. Hemos cantado, reído, jugado, cocinado. Hemos hecho chocolatadas, tomado las uvas, ido al cine, visto el concierto de año nuevo… pero siempre acordándonos de qué era lo importante que celebrábamos y esto daba una alegría especial.
Quedaba buscar Belén siguiendo la estrella. Quedaba traer la ilusión la noche de reyes. En casa somos dos reyes y, como siempre, primero llegó Melchor muy eficiente. Más tarde yo, Gaspar, completé, ordené y deje las zapatillas llenas.
La sorpresa por la mañana ha sido para todos encontrar regalos de ¡Baltasar! (un Baltasar jovencito de diecisiete años) que cautelosamente había esperado para dejar también los suyos. Este año hemos sido realmente tres reyes magos.
Buen broche final. Ahora, como en todas las casas, estamos de recogida.