PERDER PARA GANAR

Hay pequeños buenos recuerdos que pasan el filtro del tiempo porque han llegado más dentro, donde guardamos lo que nos importa.

Desde ahí nos han ido influyendo en nuestro comportamiento, unas veces a sabiendas y otras veces sin darnos ni cuenta.

No sabía un amigo lo que iba a calar en mí una pequeña historia casera que contó hace tiempo y que de vez en cuando recuerdo y me sirve para reconsiderar alguna situación.

El llegó a casa de sus padres y vio que su madre necesitaba un arreglo en una lámpara. Rápidamente se subió en una escalera y fue pidiendo lo que necesitaba a su madre.

Cuando regresó su padre lo encontró ahí arriba.
“¡Qué estás haciendo!”. El y su madre se preocuparon.
“¡Mamá me ha pedido que lo repare!” dijo con la esperanza de no quedar implicado.
“¡Pero este trabajo no se hace así: ya os lo había dicho, estas cosas se estudian antes y no se improvisan…! ¡Quítate de ahí! ¡Baja y déjame sitio!”.
Y fue el inicio de una discusión. El padre hablaba de sus intentos para arreglar la lámpara y de que el hijo no podría conseguirlo así nada más llegar, sin conocer los intríngulis.
Precisamente el hijo estaba a punto de conseguirlo pues había entendido lo que ocurría.
Pero ¿Qué hacer? ¿Terminar con el trabajo por encima de las protestas de su padre?

Quiso terminar con la obra que tenía entre manos pero paró. “Estoy equivocándome pensando que lo importante es que arregle la lámpara ¡Y lo más importante es no mortificar a mi padre!”.

Cambió el método: “¿Con que tú dices que es mejor probar con aquella tuerca?”, preguntó haciéndose el despistado.

“¡Pues claro!” contestó el padre buscando entre las herramientas lo que se iba a necesitar dando al traste con lo que estaba haciendo su hijo que seguía al pie de la letra las instrucciones.

El hijo se daba cuenta de que estaba haciendo un buen negocio. Si había pretendido ofrecer una ayuda, ahora cada vez que recibía una instrucción era una más…y otra…y otra. Se había superado con creces.

Ver la situación desde ese punto de vista a mí me pareció genial. Porque saber entender en un momento dado la necesidad del otro es más que simplemente respeto. Es hilar más fino y demuestra madurez. Cuando no se trata de algo importante podemos dar nuestro brazo a torcer perfectamente. Y ese perfectamente incluye: sin que se note.

Me quedé con la idea: renunciar a la propia idea por por el bien del otro, por un bien mayor.

13 comentarios:

eligelavida dijo...

¡Qué delicadeza la del hijo! Para eso es preciso tener una cierta empatía, es decir, estar atentos a los sentimientos ajenos.

Fran, me gustaría sugerirte que pongas el gadget de seguidores. Así sería más fácil saber cuando actualizas el blog. No me quiero perder las nuevas entradas… Un abrazo.

Anónimo dijo...

Fran, esta lección es de nota. Porque mira que es dificil dar a torcer la opinión. Desde luego le iluminó el Espíritu Santo. Trabajó la humildad y no mortificó a su padre.

Desde luego, otra enseñanza puede ser que, como padres, no tenemos que ser tan cabezotas y entender que hay mil maneras de resolver un problema. Porque tampoco los padres tenemos que mortificar a los hijos.

Un beso Fran

Luisa

ARCENDO dijo...

Muy bonito y aleccionador post, me ha gustado mucho. SALUDOS CORDIALES.

angela dijo...

Es muy interesante tu entrada y voy a tomar nota... Mi madre siempre me dijo; tienes que tener consideración de los demás ponte en su lugar y acabarás aceptando lo que te digo...Me acordé de ella.Gracias Fran siempre es muy entrañable recordar otros tiempos y tú lo has conseguido.Un abrazo grandote y que tengas una buena semana.Desde mi silencio.

maria jesus dijo...

Es una buena idea, tambien para usarla de padres a hijos, dirigirles hacia lo adecuado haciendoles creer que van ellos por su voluntad.

Y la idea principal, tener en cuenta primero, siempre, los sentimientos del otro.

Fran, me uno a la petición de elige la vida.

Un abrazo

elblogdelosmudos dijo...

Yo lo veo desde otro punto de vista, desgraciadamente existen demasiados padres tiránicos como este, terminan anulando para siempre a los hijos.
Son absolutos y prepotentes machistas y dictadores.No deberían ser padres
Saludos cordiales

Fran dijo...

Eligelavida, que buena es la empatía y la generosidad. Si elblogdelosmundos tuviera algo más ¡saldría de ese pozo negrooo!

Luisa, siempre me das buenas ideas.

Arcendo, gracias por tu valiosa opinión.

Ángela que importantes recuerdos son los que tenemos de nuestros padres, de todo aquello que hicieron por nosotros y nos hicieron ser mejores.

Mª Jesús, ese truco es muy bueno.

Angelo dijo...

Qué poco se ve hoy día actitudes así. Las noticias nos hablan a veces de grandes discusiones que acaban tragicamente. Solo el amor de verdad es capaz de renunciar por el bien del otro, si no existe, nada puede arreglarse. Me ha encantado la historia. La guardo . Un saludo

Micaela dijo...

Cierto. A veces merece la pena arriesgar y seguir el dictado de tu propio interior. Besos.

Anónimo dijo...

Hermoso ejemplo, y cierto, para tenerlo presente en infinidad de situaciones. Me gustó mucho lo que decís al principio, pequeñas vivencias, cosas simples, pero importantísimas a la vez, son nuestra fina esencia y nos acompañan toda la vida. Que mejor que llenar nuestros días con esa clase de experiencias.
Me encantó verte de nuevo por "El opinódromo". ¡Gracias por tu presencia! Cariños...

Unknown dijo...

Me ha encantado Fran.. por que demuestra... que una persona puede salir...

.. de esa especie de "mirarse el ombligo " y ser el centro del mundo.. por muy buenas intenciones que se lleven..

...y tener en cuenta otras perspectivas diferentes a la propia suele ser .... sintoma de generosidad, de adulted y de un cerebro evolucionado.

.... Me ha gustado...

... y vamos a ponerlo en practica... se puede aplicar a muchas situaciones de la vida.

Un abrazo

Isabel Z. dijo...

Gracias Fran, que importante, ser capaces de perder nuestra idea, aunque sea genial, para acoger la idea del otro, a pesar de ser menos buena, sólo así nos encontraremos. Con la historia concreta nos será más facil recordar y hacer de ese modo. 1 abrazo

MAJECARMU dijo...

Fran,te agradezco que te hayas quedado en mi blog.Ahora ya no nos perderemos..

El texto que expones es un detalle de amor incondicional y gran generosidad.. Este tema nos hace crecer,porque apagamos nuestro ego interior,que quiere tener siempre razón en beneficio de los seres queridos,que sufrirían al verse ignorados..

Este tema es fundamental en el trato con los mayores,yo debo superarme en ello,durante la enfermedad de mi madre,cometi bastantes fallos al respecto.. Ella se negaba a muchas cosas,que yo debía haber comprendido y..ello ahora me produce gran arrepentimiento.

Desde el cielo espero que sepa entender y sentir que la quiero muchísimo.

Mi agradecimiento y mi abrazo,amiga
M.Jesús