
Antes de comenzar mis vacaciones quiero despedirme de todos vosotros, que habéis sido tan amables visitando esta página, y pasar juntos un rato oyendo musiquita y tomando una copa tranquilamente. Por ejemplo, en unas mesas al aire libre a la sombra de unos árboles

Y como aquí me puedo permitir el lujo de elegir el vino que quiera, pues os invito a saborear un vino de reyes. Porque así denominó Luis XlV de Francia al vino Aszú de Tokaj. Del Tokaj se dice también que es uno de los vinos de postre más grandes del mundo. Aunque se puede tomar a cualquier hora porque de por sí es suficientemente rico y no necesita acompañar nada, esta es mi opinión.

Su origen está en la región Húngara de Tokaj.

El primer vino Aszú del que se tiene constancia fue elaborado en 1631 predicador calvinista Maté Szepsi que acertó a hacer un vino dulce con uvas de una viña que a causa del húmedo clima estaban afectadas por un hongo que causa la podredumbre (botritis) que es lo que quiere decir “Aszú”. Por motivo de la batalla con los turcos no se había vendimiado y cuando se hizo ya las uvas tenían el hongo. Se ve que por no desaprovechar las uvas hizo el vino y el resultado fue muy bueno. Algunas veces un fallo da lugar por casualidad a un acierto que es un descubrimiento.
En las fiestas de Pascua se animó a ofrecérselo a la princesa de Transilvania Zsuszanna, esposa de György Rákóczy I, dueño desde 1616 de estos viñedos ornato señorial de su familia. Fue un éxito y desde entonces se espera a vendimiar cuando la niebla que cubre los viñedos de noche a ocasionado la podredumbre en las uvas. La zona fue protegida desde el año 1737, cuando fue declarada zona vinícola exclusiva por real decreto, algo que supuso el primer ejemplo conocido de una cláusula de este tipo. Ha sido durante siglos el vino favorito de las cortes europeas.
Tiene que haber humedad de noche y periodo seco de día. Los tres ríos de la zona facilitan esta humedad.
Lo que se consigue es como una sobremaduración, una pasificación parcial con la que aumenta el azúcar, disminuye de acidez y se producen compuestos característicos. El agua disminuye en un 40% por lo que el rendimiento baja mucho. Además no todos los años se da esta podredumbre.
En Tokaj se clasifica el vino, según la cantidad de uvas podridas, entre 2 a 6 puttonyos (¡qué mal suena!) Son cestos, de 25 litros de uva, que se añaden a 136 litros de mosto sin podredumbre.
En las fiestas de Pascua se animó a ofrecérselo a la princesa de Transilvania Zsuszanna, esposa de György Rákóczy I, dueño desde 1616 de estos viñedos ornato señorial de su familia. Fue un éxito y desde entonces se espera a vendimiar cuando la niebla que cubre los viñedos de noche a ocasionado la podredumbre en las uvas. La zona fue protegida desde el año 1737, cuando fue declarada zona vinícola exclusiva por real decreto, algo que supuso el primer ejemplo conocido de una cláusula de este tipo. Ha sido durante siglos el vino favorito de las cortes europeas.
Tiene que haber humedad de noche y periodo seco de día. Los tres ríos de la zona facilitan esta humedad.
Lo que se consigue es como una sobremaduración, una pasificación parcial con la que aumenta el azúcar, disminuye de acidez y se producen compuestos característicos. El agua disminuye en un 40% por lo que el rendimiento baja mucho. Además no todos los años se da esta podredumbre.
En Tokaj se clasifica el vino, según la cantidad de uvas podridas, entre 2 a 6 puttonyos (¡qué mal suena!) Son cestos, de 25 litros de uva, que se añaden a 136 litros de mosto sin podredumbre.

Envejece en barricas donde además crece un moho que absorbe humedad al ambiente.
También se hace un vino especial con lo que rezuma de la uva por el peso antes de estrujar. A este vino se le llama “Aszú esencia”.
Hay otras zonas en Europa donde se hace este tipo de vino como los Sauternes de Francia y otros difíciles de escribir y pronunciar de Alemania y Austria. Pero el Tokaj es el más antiguo.
Y es que en zonas nórdicas el viñedo madura mal por la falta de sol y el vino es más ácido. Al estar prohibido añadir azúcar, la podredumbre es una opción para conseguir una maduración por otra vía.
Bien, pues ya que conocemos su historia vamos a saborear este vino color ámbar y aroma que recuerda la naranja escarchada y el melocotón.
¡Brindo por todos vosotros!
Nos vemos, digo nos leemos, en septiembre.
