ESTAD ALEGRES





Cuando Jesús se aparece a sus discípulos después de su Resurrección, siempre les saluda con las palabras: Paz a vosotros.

“ Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. ” (Jn. 20, 19-21)

Jesús está presente y cercano aunque no le veamos.

Encuentra a Jesús 
para comenzar a vivir 
una vida plena, 
la alegría
y la paz.



MISTERIO DE AMOR


Me acerco a ti Jesús esta Semana Santa con desasosiego ante tu Pasión. Desde la última fila no alcanzo a ver.  Quisiera evitar tu dolor.  Quisiera devolverte tu amor.


Rechazamos el dolor y más cuando se trata del dolor que infringe la humanidad al Cordero de Dios. Quedamos perplejos ante este sacrificio de todo un Dios que se deja clavar en el madero.


Es la mayor lección recibida del Maestro que se entrega a sí mismo por todos nosotros.


En el huerto de Getsemaní Jesús dice “No se haga mi voluntad sino la tuya”. No es resignación, es adhesión al plan de Dios. Señor mí, dime como abrir mi corazón para ser habitado por ti.


Jesús que vienes a compartir nuestro sufrimiento,  que por amor aceptas dejarte flagelar, no permitas que deje pasar las pruebas en mi vida sin que entienda que son ocasión  de amarte. Dame fuerza para amar sin renunciar al sufrimiento que pueda conllevar.


Jesús coronado de espinas, te escupen y difaman, pero tras el aparente fracaso encontramos nuestra fortaleza, la lección de humildad del mismo Dios. La humillación es el camino que conduce a la humildad. Ante los fracasos que amenazan mi tranquilidad dame Jesús humildad para aceptarlos sin que prevalezca el amor propio y la soberbia que me impiden acercarme a ti con confianza.


Sigo tus pasos viéndote cargar con el peso de nuestros pecados, la cruz que los hombres ponen en tus hombros.  Un sacrificio lleno de contenido en el que debemos ver la medida del Amor, el deber de darlo todo por los otros. Te pido, Jesús, ser capaz de imitarte en tu forma de amar y de levantarte después de cada caída.


Y me postro ante ti clavado en la cruz. Quedamos deslumbrados y nuestro entendimiento humano no lo comprende. Creemos que debemos huir de la cruz sin saber que es la que nos eleva al Reino de Dios. Ayúdame, Dios mío, a llevar mi cruz, a saber amar con verdadera donación para acercarme al Reino de la Luz, ese reino tuyo que tanto buscamos y que solo por la cruz encontramos.


Tú te hiciste uno con nosotros hasta sentirte abandonado por tu Padre en la cruz. Quiero recordar siempre que después de la oscuridad puede haber luz.


Tú, has muerto por todos nosotros. Enséñame a callar mi yo para hacerme uno con el prójimo, a morir a mí mismo.


Solo con tu ayuda me será posible poder descubrir cada día cómo llevar a mi vida este misterio de Amor.   




 

NUESTRO PAPA


Jesús envió a sus discípulos hasta el último rincón de la tierra.

Santiago trajo la fe a lo que entonces era Finis Terrae. Y más tarde los descubridores españoles la llevaron al otro lado del mundo.




"Hermanos y hermanas, buenas tardes. Sabéis que el deber de un cónclave es dar un obispo a Roma y parece que mis hermanos cardenales han ido a buscarlo al fin del mundo, pero ya estamos aquí", fueron las primeras palabras que pronunció Francisco I desde el balcón, en medio de los aplausos. De allí donde llegaron con la fe los españoles viene nuestro Papa hispano.

“Les pido, por favor, que eleven una plegaria, una oración del pueblo para su obispo”, añadió. Su gesto de humildad inclinando la cabeza pidiendo que todos recen por la nueva labor que emprenderá a partir de hoy, nos cautivó.

Impresiona pensar como durante veinte siglos perdura la Iglesia y está presente en todos los continentes.  Qué grande es esta universalidad de la Iglesia, no han habido fronteras ni estructuras que hayan podido poner límites al mensaje de Jesús que sigue vivo.

Muchos han hecho pronósticos sobre el fin de la Iglesia. Comte auguró la muerte de Dios en breve, en concreto antes de  1886 ¿?

La Iglesia ha seguido avanzando a pesar de nuestras limitaciones y las muchas dificultades porque no es una simple asociación humana, es la obra de Dios.
"El Padre estableció convocar a quienes creen en Cristo en la santa Iglesia, que ya fue prefigurada desde el origen del mundo, preparada admirablemente en la historia del pueblo de Israel y en la Antigua Alianza [1], constituida en los tiempos definitivos, manifestada por la efusión del Espíritu y que se consumará gloriosamente al final de los tiempos."  (“LUMEN GENTIUM”)

Y Dios cuenta con personas extraordinarias al servicio desinteresado de la Iglesia.

(Aquí había incluido la foto que se ha difundido en internet con los tres últimos Papas juntos, pero, como se ve que en realidad no es Bergoglio la figura que se encuentra entre Juan Pablo II y Ratzinger, la he eliminado)

Los Papas que he conocido se han caracterizado por su espíritu de servicio desinteresado, grandes conocimientos y  gran experiencia.

Estas cualidades marcan una gran diferencia. No son las virtudes que suelen primar en las personas que acceden a cargos públicos y de poder en la sociedad de hoy porque se valora más la juventud y la capacidad de persuasión que el conocimiento y la experiencia. Ni mucho menos se valora la bondad. Muchos consideran lógico utilizar cualquier método para denostar  a la oposición y acabar con ella, negociar con oponentes para ocultar la corrupción, gastar sin límite y sin preocupación por la situación económica de muchos a los que ni siquiera socorren porque han considerado que para eso no hay dinero.  Así, lo que es lógico es que ya no se confíe en las clases políticas.

El mundo necesita a la Iglesia. Desde el horizonte de Dios todo adquiere su justa medida, entendemos que la caridad es lo importante, que hay que dejar el egoísmo para trabajar por el otro, que no se puede hacer el mal para conseguir un beneficio, que el poder debe ser instrumento para trabajar por el bien común y sobre todo por los últimos y los más débiles.




Hoy, en la festividad de San José, se ha iniciado el pontificado de Francisco I con una misa en la plaza de San Pedro.  En la homilía  ha estado centrada en el  espíritu de servicio que debemos tener a imitación del que tenía San José custodiando la Sagrada Familia.

El Santo padre nos ha dicho

              El verdadero poder es el servicio.
Solo el amor custodia las personas.

Tenemos la responsabilidad de custodiar la creación, las personas y los dones de Dios.

Debemos custodiar y preocuparnos por la naturaleza y por los hermanos, sobre todo los niños y los mayores. Preocuparnos el uno del otro en la familia. Preocuparnos de las amistades.

El odio, la envidia y la soberbia ensucian la vida.

Por desgracia, en todas las épocas de la historia existen "Herodes" que traman planes de muerte, destruyen y desfiguran el rostro del hombre y de la mujer.

Custodiar requiere bondad. No es la virtud de los débiles, es la virtud de los fuertes de ánimo que están al servicio de los humildes y los pobres. No debemos tener miedo de la bondad y la ternura. 

El servicio a los demás debe ser vivido con bondad y ternura.

En síntesis estas son las palabras dirigidas a los fieles y que nos han emocionado tanto a todos porque son como la lluvia de ternura, bondad y amor al prójimo, tan necesaria sobre un mundo bastante árido y seco.

GRACIAS SANTO PADRE


NO LLORES



No llores si me amas,
Si conocieras el don de Dios y lo que es el cielo!

Si pudieras oír el cántico de los ángeles
y verme en medio de ellos!
Si pudieras ver desarrollarse ante tus ojos; los horizontes, los campos
y los nuevos senderos que atravieso!

Si por un instante pudieras contemplar como yo,
la belleza ante la cual las bellezas palidecen!
Cómo!...¿Tu me has visto,
me has amado en el país de las sombras
y no te resignas a verme y
amarme en el país de las inmutables realidades?

Créeme.
Cuando la muerte venga a romper las ligaduras
como ha roto las que a mí me encadenaban,
cuando llegue un día que Dios ha fijado y conoce,
y tu alma venga a este cielo en que te ha precedido la mía,
ese día volverás a verme,
sentirás que te sigo amando,
que te amé, y encontrarás mi corazón
con todas sus ternuras purificadas.

Volverás a verme en transfiguración, en éxtasis, feliz!
ya no esperando la muerte, sino avanzando contigo,
que te llevaré de la mano por
senderos nuevos de Luz...y de Vida...
Enjuga tu llanto y no llores si me amas!


P.D.: Había dado por hecho que este texto era de San Agustín. pero he recibido un comentario de Javier Quadra Salcedo que advierte que este texto ni lo escribió San Agustín, ni es de estilo agustiniano, ni siquiera parece pertenecer a la gran tradición literaria y teológica patrística

No podemos fiarnos de lo que circula por la red informática pues muchos autores se disfrazan con la personalidad de grandes escritores.